jueves, julio 20, 2006
Incendio en las Peñas...
"- ¡Feliz cumpleaños hermanita! – me tiré encima de ella apenas abrí un ojo.
Sal por favor, no me dejar respirar – pidió medio desorientada. Se incorporó un poco y abrió la mochila buscando pañuelos desechables. ¡Ay, que bonito! – dijo sacando un oso de peluche con una tarjeta - pensé que no se acordaría.
El Duarte que se había despertado con el alboroto voló literalmente hacia ella, el osito saltó hacia atrás y quedó enredado en unos matorrales. Se le unió Renzo y al podo rato era un revoltijo de brazos.
Cristián gritó ¡La cumpleañera al agua!
Salieron todos corriendo detrás de la Vale que se defendía como gato de espaldas. Lograron atraparla, la alzaron en el aire con el fin de tirarla al río con ropa y todo para después hacer escalopa.
Nosotras empezamos a correr a la orilla avivando a la masa humana que la traía a rastras. No nos podíamos perder el espectáculo del chapuzón.
- ¿Qué es eso? – dijo la Poly indicando la corriente del río cuando llegamos a la orilla.
Miré el agua, venía con manchas negras.
- No sé – reconocí. Me agaché en la orilla y cogí un poco – Es como papel quemado.
- ¡Paren! – les gritó la Lulú – Algo raro trae el agua, puede estar contaminada.
La dejaron en el suelo visiblemente frustrados.
- Ni si quiera me atrevo a lavarme los dientes – dijo la Kevin.
- Tienes razón – contestó Germán – mejor que nos devolvamos, ojala que en el lugar de campamento el agua venga limpia.
Partimos caminando de vuelta, cabizbajos por que abruptamente había terminado el raid que tanto habíamos esperado.
Al salir al camino principal rodeando el cerro, pudimos ver que al otro lado de donde habíamos acampado nosotros había humo, ¡se estaba incendiando!. Menos mal que salimos pronto, podríamos haber quedado encajonados.
Pasó una patrulla de carabineros en dirección opuesta a la nuestra, a los minutos pasó otra. Un par de kilómetros más abajo pasó una tercera, esta vez a menor velocidad
- ¡Miren! – gritó Cristián – en la patrulla va el Jano.
- ¡Y los Gonzalos! – Gritó la Poly.
Miré hacia adentro del auto, el Yañez tenía cara de fiesta y nos hacía chao desde adentro, en cambio Gonzalo no levantó la vista del suelo a pesar que era evidente que sabía que estábamos fuera. El Jano llevaba cara de pocos amigos.
Cuando llegamos al Campamento el ambiente estaba revuelto. La Evelyn lloraba, Jorge corría para todos lados. Los lobatos por todos lados sin control.
- Chicos – dijo Raúl – vayan al comedor de la ruta, los alcanzo enseguida.
Dejamos las mochilas al lado de la Carpa y nos fuimos al lugar indicado.
A los diez minutos volvió el Tipi.
- Escúchenme un momento – dijo – El grupo se encuentra sitiado, nadie puede salir del lugar de campamento. En estos momentos el Jano se encuentra detenido y el Gonzalo en custodia.
- ¡Pero como! ¿Por qué? – preguntó alguien.
- La Patrulla Manque que se encontraba en raid igual que nosotros – contestó Raúl – al parecer quemó un cerro. El incendio que todos vimos fue causado por ellos.
- Pero Tipi – dijo la Poly – se supone que nos devolvemos a Santiago pasado mañana, si estamos detenidos no nos podremos ir.
- No se que va a pasar – dijo apesadumbrado Raúl – al menos no aún. El Consejo se reunirá en estos momentos. Nos les pediremos que se acuesten por que me imagino que con la agitación no podrán dormir pero por favor no salgan del lugar de campamento, eso nos podría acarrear mayores problemas.
Nos quedamos cantando junto al fuego hasta avanzada la noche, sin muchas ganas, es realidad solo para hacer hora y saber que se había resuelto. Uno a uno se fue acostando, al final solo quedamos cinco y, cuando se nos acabó el repertorio, nos fuimos a acostar.
Los dirigentes no llegaron."
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Sal por favor, no me dejar respirar – pidió medio desorientada. Se incorporó un poco y abrió la mochila buscando pañuelos desechables. ¡Ay, que bonito! – dijo sacando un oso de peluche con una tarjeta - pensé que no se acordaría.
El Duarte que se había despertado con el alboroto voló literalmente hacia ella, el osito saltó hacia atrás y quedó enredado en unos matorrales. Se le unió Renzo y al podo rato era un revoltijo de brazos.
Cristián gritó ¡La cumpleañera al agua!
Salieron todos corriendo detrás de la Vale que se defendía como gato de espaldas. Lograron atraparla, la alzaron en el aire con el fin de tirarla al río con ropa y todo para después hacer escalopa.
Nosotras empezamos a correr a la orilla avivando a la masa humana que la traía a rastras. No nos podíamos perder el espectáculo del chapuzón.
- ¿Qué es eso? – dijo la Poly indicando la corriente del río cuando llegamos a la orilla.
Miré el agua, venía con manchas negras.
- No sé – reconocí. Me agaché en la orilla y cogí un poco – Es como papel quemado.
- ¡Paren! – les gritó la Lulú – Algo raro trae el agua, puede estar contaminada.
La dejaron en el suelo visiblemente frustrados.
- Ni si quiera me atrevo a lavarme los dientes – dijo la Kevin.
- Tienes razón – contestó Germán – mejor que nos devolvamos, ojala que en el lugar de campamento el agua venga limpia.
Partimos caminando de vuelta, cabizbajos por que abruptamente había terminado el raid que tanto habíamos esperado.
Al salir al camino principal rodeando el cerro, pudimos ver que al otro lado de donde habíamos acampado nosotros había humo, ¡se estaba incendiando!. Menos mal que salimos pronto, podríamos haber quedado encajonados.
Pasó una patrulla de carabineros en dirección opuesta a la nuestra, a los minutos pasó otra. Un par de kilómetros más abajo pasó una tercera, esta vez a menor velocidad
- ¡Miren! – gritó Cristián – en la patrulla va el Jano.
- ¡Y los Gonzalos! – Gritó la Poly.
Miré hacia adentro del auto, el Yañez tenía cara de fiesta y nos hacía chao desde adentro, en cambio Gonzalo no levantó la vista del suelo a pesar que era evidente que sabía que estábamos fuera. El Jano llevaba cara de pocos amigos.
Cuando llegamos al Campamento el ambiente estaba revuelto. La Evelyn lloraba, Jorge corría para todos lados. Los lobatos por todos lados sin control.
- Chicos – dijo Raúl – vayan al comedor de la ruta, los alcanzo enseguida.
Dejamos las mochilas al lado de la Carpa y nos fuimos al lugar indicado.
A los diez minutos volvió el Tipi.
- Escúchenme un momento – dijo – El grupo se encuentra sitiado, nadie puede salir del lugar de campamento. En estos momentos el Jano se encuentra detenido y el Gonzalo en custodia.
- ¡Pero como! ¿Por qué? – preguntó alguien.
- La Patrulla Manque que se encontraba en raid igual que nosotros – contestó Raúl – al parecer quemó un cerro. El incendio que todos vimos fue causado por ellos.
- Pero Tipi – dijo la Poly – se supone que nos devolvemos a Santiago pasado mañana, si estamos detenidos no nos podremos ir.
- No se que va a pasar – dijo apesadumbrado Raúl – al menos no aún. El Consejo se reunirá en estos momentos. Nos les pediremos que se acuesten por que me imagino que con la agitación no podrán dormir pero por favor no salgan del lugar de campamento, eso nos podría acarrear mayores problemas.
Nos quedamos cantando junto al fuego hasta avanzada la noche, sin muchas ganas, es realidad solo para hacer hora y saber que se había resuelto. Uno a uno se fue acostando, al final solo quedamos cinco y, cuando se nos acabó el repertorio, nos fuimos a acostar.
Los dirigentes no llegaron."
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